Amigos,
He iniciado un nuevo Blog de Fotografía que espero sea de vuestro agrado.
Lo he bautizado como el Blog de Markosy y podéis acceder a él desde: http://tommyseries.blogspot.com/
Un fuerte abrazo. Antonio (Zaloette)
PS - Zaloettepix sigue adelante!!
Monday, 31 January 2011
Thursday, 20 January 2011
De Viajes y Payasadas
Imprescindibles en todo viaje de una semana (antes de ser padre):
Él: mochila, material de esquí (esquís, botas de esquiar, bastones, casco, chaqueta de esquiar… en definitiva todo para el esquí), móvil, portátil (Photoshop y conexión Web), walkie-talkie, un mínimo muy mínimo de ropa interior, cámara de foto y cámara de vídeo, un buen par de libros
Ella: maleta “Queen-size” (baúl de la Piquer), material de esquí (esquís, botas de esquiar, bastones, casco, chaquetas de esquiar (x2)), móvil, walkie-talkie, un máximo muy máximo de ropa interior (como si no consideraras la vuelta a casa jamás), Nintendo DS, ropa après-ski (vaqueros (x2), blusas (x4), zapatos (x4), joyería, gafas de sol, de ventisca, de medio sol, de nubes bajas, de nubes altas)
Imprescindibles en todo viaje de una semana (después de ser padre):
Él: mochila, material de esquí (esquís, botas de esquiar, bastones, casco, chaqueta de esquiar… en definitiva todo para el esquí), móvil, portátil (Photoshop y conexión Web), walkie-talkie, un mínimo muy mínimo de ropa interior, cámara de foto y cámara de vídeo, un buen par de libros
Ella: maleta “Queen-size” (baúl de la Piquer), material de esquí (esquís, botas de esquiar, bastones, casco, chaquetas de esquiar (x2)), móvil, walkie-talkie, un máximo muy máximo de ropa interior (como si no consideraras la vuelta a casa jamás), Nintendo DS, ropa après-ski (vaqueros (x2), blusas (x4), zapatos (x4), joyería, gafas de sol, de ventisca, de medio sol, de nubes bajas, de nubes altas)
Bebé: maleta (pañales para parar un tren), platos diversos de plástico, cubertería de plástico, cuna de viaje, bañera de viaje, esponjas, cremas, leches preparadas, sin preparar, potitos, cojín de lactancia, ropa triplicada diaria (vómitos, pedorretas, etc.), cochecito, plástico para la lluvia, parasol para el sol, dos sacos de dormir, 4 chupetes, 4 biberones, un deshumidificador, un mordedor, una pelota, cuatro cochecitos
Como podéis comprobar, el delta resultante es impresionante, y exige una maestría absoluta en el encaje “Tétris” del equipaje en el maletero del coche (que por ende sigue siendo el mismo que cuando los viajes de pareja eran del tipo a calzón caído).
Y echando la vista atrás, recuerdo un viaje a Javalambre, en medio de la niebla, a mediados del mes de marzo de 2006, decidiéndonos si el puto hostal estaba en Mora de Rubielos o Rubielos de Mora. Yo interpretaba que se trataba del mismo pueblo, atendiendo a la compleja hoja de ruta que había impreso desde Víamichelin, mientras que mi mujer, basándose en la Guía CAMPSA (todo esto en ruta bajo una niebla mantecosa y un frío de tres pares de cojones), de una inteligencia notoriamente superior a la mía, sugería que eran pueblos distintos. Finalmente tras 3 o quizá 4 llamadas al dueño del hostal sobre las 00.00am, dimos con el sitio, y este señor, fiel a su palabra nos esperó amablemente sentado a la puerta del hostal, riéndose cuando nos vio bajar del coche descargando sólo una mochila, y dos bolsas alargadas con material de esquí. ¡Qué noche aquella!, ¡qué risas contando las telarañas de la habitación antes de meternos en la piltra! Fue un sitio elegido al azar pero tengo un muy grato recuerdo, que repetiría sin dudarlo un momento.
También recuerdo un viaje breve a La Mongie, saliendo desde Madrid a las 1700 y llegando allí sobre las 00.30, del tirón, con dos cojones, sólo parando en Lerma para resbalar sobre un charco de hielo y descubrir que llevábamos una bombilla del coche fundida y sin forma alguna de arreglarla. Mi mujer tuvo la brillante idea de sincerarse a la altura de Somosierra y anunciarme que tenía una gripe de cojones y que no podría conducir, pero eso sí, quería ir a La Mongie y no fastidiarme el fin de semana en la nieve. Llegué destrozado, qué decir tiene, y en los últimos 500 metros antes de llegar al garaje de casa el coche decidió patinar como una bailarina, pensando en más de una ocasión que finalizaría arrojándonos a mí y a mi mujer al valle, pasando a formar parte del río Adour en el deshielo de mayo. Intenté poner las cadenas (era mi segundo intento, habiendo acaecido el primero en un garaje de Madrid, bajo una temperatura constante de 15ºC y excelente iluminación), pero claro, a -10ºC, con fuerte nevisca en la cara, una esposa griposa en el asiento del copiloto y una desesperación cercana a la crisis de ansiedad no ayudaron. Finalmente conseguí poner una mientras la otra colgaba del eje de la dirección delantera. El coche seguía patinando así que dimos marcha atrás y aparcamos junto a una roulotte. Quité la cadena que colgaba de la peor manera posible del eje y al incorporarme resbalé, apoyando mi mano, repleta de cadena contra la roulotte, provocando un ruido ensordecedor que eso sí, apenas provocó respuesta en los pasajeros que yo imaginaba durmiendo.
Al día siguiente, ya a la luz del sol, conseguí desenredar la maraña de cadena y ajustarla al neumático derecho, de forma que pudimos rescatar el coche de entre la nieve y ponerlo a salvo en el garaje.
Él: mochila, material de esquí (esquís, botas de esquiar, bastones, casco, chaqueta de esquiar… en definitiva todo para el esquí), móvil, portátil (Photoshop y conexión Web), walkie-talkie, un mínimo muy mínimo de ropa interior, cámara de foto y cámara de vídeo, un buen par de libros
Ella: maleta “Queen-size” (baúl de la Piquer), material de esquí (esquís, botas de esquiar, bastones, casco, chaquetas de esquiar (x2)), móvil, walkie-talkie, un máximo muy máximo de ropa interior (como si no consideraras la vuelta a casa jamás), Nintendo DS, ropa après-ski (vaqueros (x2), blusas (x4), zapatos (x4), joyería, gafas de sol, de ventisca, de medio sol, de nubes bajas, de nubes altas)
Imprescindibles en todo viaje de una semana (después de ser padre):
Él: mochila, material de esquí (esquís, botas de esquiar, bastones, casco, chaqueta de esquiar… en definitiva todo para el esquí), móvil, portátil (Photoshop y conexión Web), walkie-talkie, un mínimo muy mínimo de ropa interior, cámara de foto y cámara de vídeo, un buen par de libros
Ella: maleta “Queen-size” (baúl de la Piquer), material de esquí (esquís, botas de esquiar, bastones, casco, chaquetas de esquiar (x2)), móvil, walkie-talkie, un máximo muy máximo de ropa interior (como si no consideraras la vuelta a casa jamás), Nintendo DS, ropa après-ski (vaqueros (x2), blusas (x4), zapatos (x4), joyería, gafas de sol, de ventisca, de medio sol, de nubes bajas, de nubes altas)
Bebé: maleta (pañales para parar un tren), platos diversos de plástico, cubertería de plástico, cuna de viaje, bañera de viaje, esponjas, cremas, leches preparadas, sin preparar, potitos, cojín de lactancia, ropa triplicada diaria (vómitos, pedorretas, etc.), cochecito, plástico para la lluvia, parasol para el sol, dos sacos de dormir, 4 chupetes, 4 biberones, un deshumidificador, un mordedor, una pelota, cuatro cochecitos
Como podéis comprobar, el delta resultante es impresionante, y exige una maestría absoluta en el encaje “Tétris” del equipaje en el maletero del coche (que por ende sigue siendo el mismo que cuando los viajes de pareja eran del tipo a calzón caído).
Y echando la vista atrás, recuerdo un viaje a Javalambre, en medio de la niebla, a mediados del mes de marzo de 2006, decidiéndonos si el puto hostal estaba en Mora de Rubielos o Rubielos de Mora. Yo interpretaba que se trataba del mismo pueblo, atendiendo a la compleja hoja de ruta que había impreso desde Víamichelin, mientras que mi mujer, basándose en la Guía CAMPSA (todo esto en ruta bajo una niebla mantecosa y un frío de tres pares de cojones), de una inteligencia notoriamente superior a la mía, sugería que eran pueblos distintos. Finalmente tras 3 o quizá 4 llamadas al dueño del hostal sobre las 00.00am, dimos con el sitio, y este señor, fiel a su palabra nos esperó amablemente sentado a la puerta del hostal, riéndose cuando nos vio bajar del coche descargando sólo una mochila, y dos bolsas alargadas con material de esquí. ¡Qué noche aquella!, ¡qué risas contando las telarañas de la habitación antes de meternos en la piltra! Fue un sitio elegido al azar pero tengo un muy grato recuerdo, que repetiría sin dudarlo un momento.
También recuerdo un viaje breve a La Mongie, saliendo desde Madrid a las 1700 y llegando allí sobre las 00.30, del tirón, con dos cojones, sólo parando en Lerma para resbalar sobre un charco de hielo y descubrir que llevábamos una bombilla del coche fundida y sin forma alguna de arreglarla. Mi mujer tuvo la brillante idea de sincerarse a la altura de Somosierra y anunciarme que tenía una gripe de cojones y que no podría conducir, pero eso sí, quería ir a La Mongie y no fastidiarme el fin de semana en la nieve. Llegué destrozado, qué decir tiene, y en los últimos 500 metros antes de llegar al garaje de casa el coche decidió patinar como una bailarina, pensando en más de una ocasión que finalizaría arrojándonos a mí y a mi mujer al valle, pasando a formar parte del río Adour en el deshielo de mayo. Intenté poner las cadenas (era mi segundo intento, habiendo acaecido el primero en un garaje de Madrid, bajo una temperatura constante de 15ºC y excelente iluminación), pero claro, a -10ºC, con fuerte nevisca en la cara, una esposa griposa en el asiento del copiloto y una desesperación cercana a la crisis de ansiedad no ayudaron. Finalmente conseguí poner una mientras la otra colgaba del eje de la dirección delantera. El coche seguía patinando así que dimos marcha atrás y aparcamos junto a una roulotte. Quité la cadena que colgaba de la peor manera posible del eje y al incorporarme resbalé, apoyando mi mano, repleta de cadena contra la roulotte, provocando un ruido ensordecedor que eso sí, apenas provocó respuesta en los pasajeros que yo imaginaba durmiendo.
Al día siguiente, ya a la luz del sol, conseguí desenredar la maraña de cadena y ajustarla al neumático derecho, de forma que pudimos rescatar el coche de entre la nieve y ponerlo a salvo en el garaje.
Tuesday, 18 January 2011
Deafening Conversations
Qué cruel la vida del padre de casa. Deafening Conversations:
- ¡Vaya, qué de hijos tienen los ricos!
Origen: mi mujer
Tiempo: durante la comida
Respuesta: claro, ellos ganan unas 200 veces mi sueldo (hoy me he enterado que un presentador de T5 se embolsa más de un millón de euros al año, sin contar los 800.000€ que le reclama el fisco
- Ves, para que luego digas que atender a tu hijo no requiere demasiado tiempo
Origen: mi mujer
Tiempo: durante la comida
Respuesta: silencio absoluto
- ¡Joder, han dicho que están seleccionando un equipo de personas para comenzar nuevas actividades fuera de España, pero ya sabes, Colombia, Venezuela, Perú…!
Origen: yo mismo
Tiempo: ayer después de la cena
Respuesta: pues a ver si es verdad. Llevo 7 años contigo y cuando me vine a vivir a Madrid pensaba ir a trabajar a Niza contigo
Contra-respuesta: claro, eso fue antes de que los cabrones de Ogilvy-Bassat decidieran no contar con mi candidatura
- ¡Menudo estilo de vida! Eso sí tiene buena pinta, ¿no?
Origen: mi mujer
Tiempo: sábado por la noche (quizás ese programa que tan largos me pone los dientes, junto a Desafío Extremo, Madrileños por el Mundo, Castellano-leoneses por el Mundo, L’Amour est dans le près, etc…)
Respuesta: pues ale, tú que tienes tiempo con la excedencia, inicia una actividad fuera de España y te sigo. Sabes que siempre aspiré a ser un mantenido y no pierdo la esperanza
Contra-respuesta: silencio abrumador
Conclusión: mañana como cerca de la oficina
- ¡Vaya, qué de hijos tienen los ricos!
Origen: mi mujer
Tiempo: durante la comida
Respuesta: claro, ellos ganan unas 200 veces mi sueldo (hoy me he enterado que un presentador de T5 se embolsa más de un millón de euros al año, sin contar los 800.000€ que le reclama el fisco
- Ves, para que luego digas que atender a tu hijo no requiere demasiado tiempo
Origen: mi mujer
Tiempo: durante la comida
Respuesta: silencio absoluto
- ¡Joder, han dicho que están seleccionando un equipo de personas para comenzar nuevas actividades fuera de España, pero ya sabes, Colombia, Venezuela, Perú…!
Origen: yo mismo
Tiempo: ayer después de la cena
Respuesta: pues a ver si es verdad. Llevo 7 años contigo y cuando me vine a vivir a Madrid pensaba ir a trabajar a Niza contigo
Contra-respuesta: claro, eso fue antes de que los cabrones de Ogilvy-Bassat decidieran no contar con mi candidatura
- ¡Menudo estilo de vida! Eso sí tiene buena pinta, ¿no?
Origen: mi mujer
Tiempo: sábado por la noche (quizás ese programa que tan largos me pone los dientes, junto a Desafío Extremo, Madrileños por el Mundo, Castellano-leoneses por el Mundo, L’Amour est dans le près, etc…)
Respuesta: pues ale, tú que tienes tiempo con la excedencia, inicia una actividad fuera de España y te sigo. Sabes que siempre aspiré a ser un mantenido y no pierdo la esperanza
Contra-respuesta: silencio abrumador
Conclusión: mañana como cerca de la oficina
Thursday, 13 January 2011
Thursday, 6 January 2011
Xmas Holidays
A punto de finalizar las vacaciones de Navidad, regresando el día 12 a los asuntos profesionales. He seleccionado algunas fotos de Francia, aunque dado mi "paletismo" en el uso del Blog las he subido en el orden que peor refleja el viaje... bueno, la próxima vez acertaré.
Las vacaciones han transcurrido en Madrid, Segovia (Nochebuena), Bilbao (Nochevieja), Pau, Bagnères-de-Bigorre y La Mongie. El viaje con el pequeño ha sido perfecto, y ha resistido la prueba como un campeón. No ha llorado, ha dormido a gusto, no ha dado guerra, ha respetado el silencio de los establecimientos franceses y ha visto esquiar a su papá en La Mongie.
Os comento las fotos que espero os gusten. La primera que debería ser la última, está tomada desde el coche en la autovía del Pirineo (A64 Francia), y hace referencia a aquello de que no se debe mirar atrás, pero bueno, cuando lo que se ve es el Midi de Bigorre pues qué queréis que os diga... merece la pena echarle un vistazo antes de que el escenario desaparezca.
La siguiente foto está tomada en el Hotel "Le Relais des Pyrénées" (http://http://www.relais-des-pyrenees.com/), en el Centre Laurent Fignon, justo en el pueblo de Gerde, pasado Bagnères-de-Bigorre y camino de La Mongie. Merece la pena visitarlo, está impecable y la atención es sencillamente perfecta. Su precio tampoco está nada mal, con unos ajustados 86€ por noche.
La tarde del 3 de enero bajamos al bar del hotel, donde nos prepararon la chimenea para disfrutar de un rato junto al fuego.
El día 4 de enero subimos a La Mongie, y presentamos al pequeño a los conocidos. Por supuesto aproveché para esquiar unas horas aunque sea por segunda vez este año, mientras media Europa se congela y a nosotros sólo nos llegan las malditas borrascas del sur que traen vientos cálidos y dejan la nieve hecha una auténtica papa.
Desde el restaurante "La Mama" (http://www.lamama-lamongie.com/), disfrutando de una Lasagna y viendo la pista del Pain du Sucre, de momento con escasa nieve. Bueno, años peores de nieve he sufrido en La Mongie para luego disfrutar del auténtico French Champagne Powder en el mes de marzo.
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