Sunday, 4 December 2011

Rodriguez

Señor, ¡qué abandonado tengo este blog! Mi mujer y mi hijo acaban de marchar a Bilbao para esta semana agujereada gracias a Dios de días festivos. El tren partió a las 1600 y la echo de menos. Con Marquitos es otro tema, no echo tanto de menos sus llantos y seguro que esta noche no echaré de menos su insomnio.

Me llamó nada más subir al tren para decirme que la azafata de Renfe le había echado una mano a subir al tren y acomodarse con el peque. Yo iba de regreso a casa.

Ahora, mientras veo una peli de Woody Allen (joder, cómo me gustaría tener una conversación con ese pequeño chalado... y también una cena con Sharon Stone), llamada Match Point, me tomo un buen vino y zampo unas patatas fritas del pueblo de Riaza la he llamado para ver cómo iba el viaje. Todo bien me comentaba, y el caso es que rebuscando sus mensajes en mi teléfono prehistórico del 2004 (Dios, el vino me está afectando a la escritura porque de cada 2 teclazos 1 es erróneo...), descubrí uno de unos días antes de nuestra boda (2 de julio de 2005) en Zaloa. Es bastante bello la verdad y dice así: "Buenos días bichejo, otro día más que hemos superado como jabatos Cada vez fgalta menos para nuestro primer gran día. Y como puedes ver con amor salimos adelante. Tqm (Te quiero mucho)"

Es cierto, es completamente acertado el SMS, y también es acertado decir que los hijos machacan una relación de pareja. El "cabronazo" de Marquitos no deja dormir apenas y estoy arrastrado. Imagino que estos días no pasaré más allá de las 2000 para irme a la cama. El problema es que los hijos dejan poco o nulo tiempo para el amor, y no me refiero a ese de ñaka ñaka, si no al romanticismo. ¿De dónde sacar unas palabras bellas cuando estás cambiando un pañal o pendiente de que la puta bañera se llene, aunque no demasiado, y que la temperatura del agua no pase de 37ºC para meter a Marquitos en el baño? ¿Hay acaso un trabajo más desagradecido que el de ser padres? Sinceramente, no entiendo cómo la puta humanidad no se extinguió hace millones de años.

Bueno, aprovecharé, espero, para preparar las maletas para nuestro viaje a Francia, unas semanas de vacaciones, en las que he puesto grandes experanzas. Espero poder quedar con mis amigos ingleses que possen en Barèges un chalet de montaña y que me cuenten cómo lo hacen para vivir allí con su bebé. No es un secreto que Madrid me gusta lo justo, y que ese justo cada vez tiende a menos.

Poco más de parte del Rodriguez.

Zaloette