Para la resolución de la crisis económica en Europa, no se
deben buscar culpables.
Tanto bancos, organismos oficiales como individuos hemos participado
en la “fiesta del crédito”, y una vez que los activos adquiridos han perdido su
valor, no es cuestión de estigmatizar a ninguno de los elementos mencionados,
es cuestión de solucionarlo de forma común.
¿Y en qué consiste la solución común? Pues bien, consiste en
evitar justo lo que se está haciendo, en culpabilizar a determinados países,
principalmente la región sur de Europa, y apoyar desde todos los países la
salida conjunta de la crisis.
Ayer, la Justicia alemana demostró que no debe ni puede
impedir esa solución. Si Alemania cree en Europa, habría sido devastador haber
negado la evidencia, la necesidad de obtener financiación mediante el Banco
Central Europeo, rebajar los costes de deuda de cada nación con problemas y
volver a fomentar la fluidez del crédito, pues en un sistema que no comparto,
si este dinero no se mueve, no hay crecimiento económico, ni estabilidad social
ni nada que se le parezca. Así, estos días desayunamos día sí y día también con
autonomías descontentas que aprovechan el momento e intensifican su
nacionalismo, su sentimiento de independencia, su creencia en que todo iría
mejor lejos de la nación que componen, lo que es un terrible error.
A nivel nacional, más de uno y de dos (Holanda, Finlandia,
Alemania, Grecia, …) podemos llegar a pensar que estaríamos mejor fuera de
Europa, con nuestra política económica de nuevo autónoma, capaces de devaluar
nuestra moneda cuando nos venga en gana, y mejorar nuestras entradas de capital
valiéndonos de esa política. Pero insisto, ese pensamiento es erróneo. Estamos
en un mundo interconectado, y España no pintaría nada fuera de Europa, quedaríamos
al margen de toda decisión y mercado, y sólo tendríamos validez en la medida en
la que redujéramos el precio de nuestra divisa, tirando por los suelos la
riqueza de los ciudadanos y basándonos en precios bajos, baja calidad y nula
innovación.
Por lo tanto, a la vista está, un solo gesto del Sr. Draghi
y la confirmación de la Justicia alemana han bastado para reducir los niveles
de la prima de riesgo española, y aunque aún es pronto para conocer si el
rescate debe ser solicitado, soy optimista, y si las noticias de una Europa más
cohesionada siguen aflorando, es posible que ni España ni Italia deban pasar
por un rescate.
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