Thursday, 13 September 2012

Opinión a Decisión Constitucional Aleman (ECB)


Para la resolución de la crisis económica en Europa, no se deben buscar culpables.

Tanto bancos, organismos oficiales como individuos hemos participado en la “fiesta del crédito”, y una vez que los activos adquiridos han perdido su valor, no es cuestión de estigmatizar a ninguno de los elementos mencionados, es cuestión de solucionarlo de forma común.

¿Y en qué consiste la solución común? Pues bien, consiste en evitar justo lo que se está haciendo, en culpabilizar a determinados países, principalmente la región sur de Europa, y apoyar desde todos los países la salida conjunta de la crisis.

Ayer, la Justicia alemana demostró que no debe ni puede impedir esa solución. Si Alemania cree en Europa, habría sido devastador haber negado la evidencia, la necesidad de obtener financiación mediante el Banco Central Europeo, rebajar los costes de deuda de cada nación con problemas y volver a fomentar la fluidez del crédito, pues en un sistema que no comparto, si este dinero no se mueve, no hay crecimiento económico, ni estabilidad social ni nada que se le parezca. Así, estos días desayunamos día sí y día también con autonomías descontentas que aprovechan el momento e intensifican su nacionalismo, su sentimiento de independencia, su creencia en que todo iría mejor lejos de la nación que componen, lo que es un terrible error.

A nivel nacional, más de uno y de dos (Holanda, Finlandia, Alemania, Grecia, …) podemos llegar a pensar que estaríamos mejor fuera de Europa, con nuestra política económica de nuevo autónoma, capaces de devaluar nuestra moneda cuando nos venga en gana, y mejorar nuestras entradas de capital valiéndonos de esa política. Pero insisto, ese pensamiento es erróneo. Estamos en un mundo interconectado, y España no pintaría nada fuera de Europa, quedaríamos al margen de toda decisión y mercado, y sólo tendríamos validez en la medida en la que redujéramos el precio de nuestra divisa, tirando por los suelos la riqueza de los ciudadanos y basándonos en precios bajos, baja calidad y nula innovación.

Por lo tanto, a la vista está, un solo gesto del Sr. Draghi y la confirmación de la Justicia alemana han bastado para reducir los niveles de la prima de riesgo española, y aunque aún es pronto para conocer si el rescate debe ser solicitado, soy optimista, y si las noticias de una Europa más cohesionada siguen aflorando, es posible que ni España ni Italia deban pasar por un rescate.

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