Paseos de fin de semana por las cercanías de la Sierra de Ayllón, esta vez por su vertiente sur, saltando a la provincia de Guadalajara.
Cruzo el Hayedo de Pedrosa, desde donde asciendo siguiendo un rápido arroyuelo, el que se despeña a mi izquierda, mientras que a mi derecha encuentro un ancho caos de piedras.
Alcanzo el Puerto de la Quesera a poco más de 1700msnm y descubro algunos interesantes caminos que guardo en mi memoria para próximas excursiones y llegamos a los pequeños pueblos de la Sierra de Guadalajara.
Entre ellos he descubierto pueblos hermosos, de esa arquitectura que denominan negra por el color de sus construcciones. Espectaculares sus tejados, con una estructura que nunca antes había visto… aunque discúlpenme si sigo manteniendo mi gusto por los preciosos “pignons à redents” (http://fr.wikipedia.org/wiki/Pignon_%C3%A0_redents) de las granjas de los valles Franceses del Pirineo.
Charlé con aquella mujer que nos atendió en un pequeño restaurante y comenté con ella la huida de algunos valientes privilegiados, que abandonaron Madrid y poco a poco recuperan estas regiones, a pesar de que en algunas de ellas ni llega la luz ni el agua por los conductos que estamos acostumbrados. De esta conversación me quedo con un dato: en 3 años, el colegio más cercano atiende a más de 20 alumnos, tras el mínimo de 11 alcanzado en 2007. Siempre me parece una buena noticia sin duda el abandono de parte de la población de las masificadas ciudades.
Nos acompañaban algunos familiares, y el comentario a tiempo de mi suegro volvió a despertar mis sensaciones de huida del tiempo y deseos encontrados... otra vez el enfrentamiento entre mi lado “verde” y mi insistente “responsable urbanita”. Comentaba cómo debía ser el día a día en pueblos como aquellos, donde sólo se imaginaba encerrado, escribiendo un libro durante horas en esas pequeñas y bellas casas de piedra con pequeños terrenos colindantes a modo de coqueto jardín o cuidado huerto. Yo me imaginaba aislado, como aquella sensación de hace dos años cuando mirábamos terrenos y granjas en La Seoube para establecer allí nuestra residencia, y adivinaba mis días de disfrute calzándome las tablas a la puerta de casa… sueño que debe esperar… pero no quiero.
¿Cómo?, ese sueño lo mantengo, y me imagino encerrado en esas preciosas casas, escribiendo sin parar, disfrutando de largos paseos en la montaña, hoy sobre la nieve, mañana junto a estruendoso río, al día siguiente sobre un intenso verde prado y siempre rodeado de naturaleza… pero claro, como creo recordar y espero que con buena memoria, W.G. Sebald escribe en alguno de sus libros (tal vez en Los Anillos de Saturno) que la Naturaleza no es siempre romántica y bella como la sueña un tipo de ciudad como yo, y también tiene sus “aquellos” complicados, pero de momento y desde mi disfrute intermitente de la misma sólo se me antoja bella en su totalidad.
Bueno, sea como fuere, traigo buenos recuerdos del fin de semana, aunque nulas fotos pues olvidé mi cámara.
4 comments:
Chapeau!!!
Muy bueno Antonio, muy bueno.
Me quedo con la siguiente frase, para mi consuelo y creer que hago lo correcto je, je...
"pero claro, como creo recordar y espero que con buena memoria, W.G. Sebald escribe en alguno de sus libros (tal vez en Los Anillos de Saturno) que la Naturaleza no es siempre romántica y bella como la sueña un tipo de ciudad como yo, y también tiene sus “aquellos” complicados"
Un saludo Zaloette
Gracias Juanma por tu visita. La verdad es que intento engañarme todos los días... posiblemente sea lo primero que hago nada más mirarme al espejo, pues la primera pregunta que surge en la mañana es: qué hace tú aquí con lo que hay ahí fuera por disfrutar??
Un saludo. Antonio (Zaloette)
Hay tanto que disfrutar en la naturaleza. Por Jaén sabes que tenemos maravillas, la sierra de Andujar, Cazorla, etc. Tan cerca y tan lejos a la vez, no sabemos apreciarlo. Un saludo
Cierto Lola. Bueno, ya sabes de mi origen (Jaén)!! pero no fue hasta los 25 años cuando viajé desde Valencia hasta Jaén y conocí Cazorla. Ni en el mejor de los sueños imaginé que aquella belleza se escondía tras los olivos.
Un fuerte abrazo y un besote. Antonio (Zaloette)
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