Fin de semana en Miramar, disfrutando de la playa en casa de mis padres, y aprovechando el día festivo en Madrid del pasado viernes.
Muchos recuerdos de aquella playa en la que pasé al menos veranos enteros de los años 90. ¿Dónde estarán aquellas francesas macizas que perseguíamos infructuosamente?
Nuevas edificaciones, nuevos establecimientos, misma tranquilidad fuera de temporada, días cálidos que no calurosos, y noches frescas, ayudadas por la brisa marina. Mañana de madrugón, con paseos en la playa a las 0730 y primeras fotos. Comprar el pan, desayunar en familia, despertar a Marquitos y bajar a la playa cargado de sombrillas, esterillas, juegos del pequeño y demás zarandajas.
Primeros baños en el agua salada y cálida del Mediterráneo, tierra que vio nacer a mi padre a pesar del origen madrileño de la familia… tiempos difíciles imagino aquellos de los años 30. Risas, gateos, más risas, cremas protectoras por doquier, un bebé literalmente rebozado en arena. Vídeos, fotos, todas las experiencias de Marquitos deben quedar recogidas. No quiero perderme ningún gesto, ninguna de sus risas, sus pasos vacilantes sobre la arena, su primera sacudida por la ola gigante (para él).
Paseantes se acercan, comentan que el niño es precioso, sonriente, tan simpático. Y creo que lo es, es un cielo. Disfruté mucho de todo. Cerveza (o cervezas) a mediodía, bajo la terraza de casa. Un plato de ibéricos completa el asunto. Una paella espera en casa, y una siesta reparadora de la batalla diaria en Madrid… hacía falta… y pensar que días antes estaba tan cansado que dudaba de la bondad del viaje… mereció la pena, sin duda y volveremos a repetirlo claro está.
Encuentro a un excompañero de una empresa anterior. Más calvo quizás… más gordo… coincidí con él en un primer viaje a Puerto Rico por motivos laborales. Casualmente aterrizamos en una horrenda playa de San Juan… ¿quién dijo que el Caribe son sólo playas doradas? La que vimos en primer lugar lucía una horrenda alcantarilla en su certero medio… y el comentario… ¿qué coño de playas son estas? Me quedo con la de Miramar… así supe que sus padres tenían un piso allí.
Ayer domingo regreso a Madrid. Joder, las sensaciones son las mismas que las sufridas en cada despedida en los años 90, cuando bajaba la ventanilla del coche de mi padre y gritaba al viento “No quiero irme de aquí… me llevan en contra de mi voluntad”… qué estúpido… pero era cierto, aunque el grito fuera lanzado en modo de broma. No quería irme de allí, y hoy de nuevo, querría haber seguido disfrutando de todo aquello.
La ciudad no es para mí, y creo sinceramente que para nadie… una playa, una montaña, bosques, agua y luz y poco más. No quiero dinero, sólo ser feliz.
Hoy, más mierda en Madrid… ya sueño con mi escapada del viernes a la Sierra de Ayllón. Hay te dejo Madrid.
1 comment:
Que bonito Antonio. Que bonito!!!!
Un abrazo.
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