De mis tres últimas adquisiciones, acabo de completar la lectura de “Philip y los otros”, del escritor Cees Nooteboom, su primera novela.
El libro prometía viajes por Europa, así que inicié la lectura con altas expectativas, pero tras finalizar el primer capítulo no puedo negar una pequeña decepción.
El prólogo, aunque lo leo a posteriori, de Rüdiger Safranski, me resulta muy bueno, me ayuda a entender y apreciar esta obra de Nooteboom pero me cuesta compartir su afirmación sobre el significado de la novela en su vida.
Es cierto que la lectura te transporta en distintos pasajes, me traslada sinceramente al lector al lugar donde ocurre la acción, y yo también estoy predispuesto a ello, y el desarrollo de la relación y aventura del protagonista con su tío me resulta lo más interesante y mejor trazado, pero hay demasiada prosa increíble, con apariciones de individuos (esos otros que promete el título) que me resultan al menos chocantes y que no sé si es por la hora en la que realizo la lectura (a partir de las diez de la noche) y mi cansancio, me parecen poco atractivas.
Dicho todo esto, no niego que Nooteboom sigue atrayendo mi interés y recomiendo la lectura del libro.
Hoy comenzaré la lectura de “A ciegas”, de Claudio Magris, y reservo para mis momentos de tranquilidad el libro de Robert Walser llamado “El ayudante”.
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