Hola, soy Marquitos… sí, vuestro bebé, y quería deciros que estoy un poco hasta las pelotillas de que me mováis de aquí para allá constantemente, de despertarme cada día a las 0800 cuando yo necesito por definición dormir hasta al menos las 0930, de que cada viernes o víspera de festivo hagáis las maletas y salgáis en pos de la montaña las más de las veces o la playa las otras pocas que quedan (¿acaso no os gusta Madrid? ¡coño, si tan poca gracia os hace, dejad la ciudad de manera definitiva pero dejad de tocarme la moral!), de que me abandonéis cada día durante 5 horas con unas tías extrañas que indefectiblemente me inflan a comer, me zarandean, me limpian, me peinan, me perfuman, me obligan a dormir cuando lo que quiero es jugar con Aritz, me dan una crema pastosa en el culete que no me deja de picar en todo el día, y me dicen cosas que deben ser bonitas pero que apenas entiendo (debe ser por esa manía de mamá de hablarme en lo que denominan el bello idioma Francés… ¿qué quiere hacer de mí, un Rimbaud cualquiera cuando sólo soy un Pécuchet?).
Y sigo sin entender vuestra mala costumbre de cerrar puertas y ventanas allá por donde voy, de bloquear las puertas de los armarios, de subir los libros dos baldas por encima de mi cabeza, de darme la mano para que ande.
¡Basta ya! ¡Estoy indignado, aunque no tenga capacidad para unirme a los tipos de la Puerta del Sol!
Debéis saber que quiero salir a la terraza, al patio, a la calle, respirar aire puro, tiraros la ropa de los armarios al suelo, coger y despedazar vuestros libros de viajes (viajad… aún más, y dejaros de leer sentados en el sofá del salón), y que os quede claro, ¡no quiero andar! ¿Qué razón hay en hacerlo si mis yayos y aitites me cogen en brazos tan pronto me ven? ¡Entrad en razón de una maldita vez!
1 comment:
Jajajajjajajaja...muy bueno Marcos, muy bueno.
Hazte oír desde ya mismo!!!!!!
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