Wednesday 9 December 2009

Conversaciones con mi Sofá

Suena mi teléfono móvil… leo la frase “Número desconocido” en su pantalla, y tras dudar unos segundos, decido contestar.

- Buenos días Antonio, ¿Cómo estás? – escucho decir de manera muy amigable y cercana
- Pues bien muchas gracias… pero… – le digo a la voz que de momento me suena totalmente desconocida
- ¡Uhmmm! Creo que no me recuerdas – replican desde el otro lado de la línea
- Dame un momento… - respondo - el caso es que estos días he hablado con mi mesilla y almohada pero ahora no caigo… ¿eres mi osito?
- ¿De qué coño de osito me estás hablando Antonio?
- ¡Sí hombre!, el pequeño osito que tengo en mi mesilla de noche, el primer regalo de mi vida que acompañó mis primeros sueños, algunos de los cuales se han ido haciendo realidad, y otros tantos que seguro el osito hará pronto realidad para mí y los míos, pues tengo una fe ciega en su poder de realización
- ¡No Antonio por Dios! Soy tu sofá, el nuevo, uno de los dos que comprasteis en IKEA hace unas semanas, justo el que habéis dejado en el salón
- ¡Coño tío! ¡Mil disculpas! No había reconocido tu voz tras una semana sin hablarnos. Te noto cansado por cierto. Apenas si he tenido tiempo de compartir unos pocos anuncios de TV junto a ti, ¡oh mi última y más cómoda adquisición cuánto te he echado de menos!
- ¡Ha sido un infierno! Esta tía no me ha dejado ni de noche ni de día... ¿Sabes de quién hablo verdad? Da igual que aún no hubiera amanecido, ya estaba dándole a la TV, al Sudoku y al punto de cruz… ¡Qué cruz! Y daba igual que fueran las diez, las once o las cinco de la mañana, allí estaba sin dejarme un rato tranquilo, aguantando estoicamente, todo lo estoicamente que un sofá puede aguantar el ruido que la TV escupe a esas horas
- Lo sé mi querido sofá. Sé por el infierno que has pasado. Tu primo blanco, el que se ha ido a vivir a Riaza lo sabe bien. Estuve con él el pasado fin de semana, ¿sabes? Me dio recuerdos para ti
- ¡Ha sido un caos! Estoy considerando asistir a las terapias grupales que IKEA prepara semanalmente para sus sofás, sillas y sillones más “machacados”
- Bueno, - digo con paciencia – date tu tiempo y disfruta estos días, y piénsalo con cuidado. Volver a IKEA sería quizás la mayor pérdida de tiempo, aunque entiendo tu necesidad de conseguir una recuperación rápida y segura y alcanzar tu equilibrio mental y físico de forma prioritaria, pues veo tus cojines algo aplastados estos días
- Bueno, lo iré considerando como me aconsejas… por cierto, ¿puedo contarte otra cosa? – inquiere mi sofá
- ¡Por supuesto! – respondo cordialmente – Soy todo oídos
- ¡La he puesto un mote! – dice el sofá entre risas
- ¿Qué la has puesto un mote? – río a la vez
- ¡En serio! Ha sido tal el martirio y tantas horas compartidas de Sudokus que la he nombrado la Reina del Sudoku – el sofá sigue riendo, desternillado, mientras sus cojines traseros se vencen por la risa… podría decirse literalmente y sin temor a equivocarme que se está “descojinando” de la risa
- ¡Jajajajajaja! Pues con eso es con lo que tenemos que quedarnos mi querido sofá. Estos días podremos disfrutar de nuestra perdida soledad, y volver a compartir alguna velada, leyendo un libro, disfrutando de tu amable abrazo y compartiendo tu calor con mi mujer y conmigo
- Llevas razón Antonio. Seguiré tus consejos, pues sabes que te aprecio, siempre tan atento a mis sentimientos, cubriendo mis tiernos cojines con esa nueva y fresca manta de viaje que tanto me ha ayudado estos dos últimos días
- Tranquilo sofá. Esta noche volveremos a nuestras confidencias, las que tanto hemos echado de menos. Por cierto, dale recuerdos a la TV pues esta noche podrá descansar sus LEDs a tope, y también al sillón de oreja, el que espero se haya desprendido ya de los alfileres que la Reina le ha ido imponiendo. Creo no olvidarme de nadie más… bueno, también de los despreciados cojines que han terminado día sí y día también en el suelo y de la nevera cuyas bandejas rebosan de granos de café molidos caídos por doquier. Bueno, - continúo - un fuerte abrazo y nos vemos esta noche. Piensa que pronto tendrás una nueva amiga en casa, la espléndida mesa de cristal y sus cuatros sillas de polipiel blancas
- Hasta luego Antonio. ¡Buena suerte con tus reuniones
y después me cuentas
!

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