Proyectos y más proyectos, de los que me motivan, de los que nada tienen que ver con los que me quitan la vida día a día entre cuatro paredes mal hechas.
Esta vez úno a los proyectos personales ya iniciados uno más, que tiene como hito de implantación la llegada a un país y cultura distintos del propio.
Es un país por el que me siento atraído desde mi primera incursión en el mismo allá por el año 2005, y en el que apenas un año después pude poner de manera más firme un pie (quizás debería decir dos esquís).
Actualmente “intento subir el otro pie” a ese territorio, y en esto estoy y dedico parte de mi tiempo.
De momento espero noticias que deben llegar de allende los mares, concretamente de allende el Océano Atlántico.
Los primeros pasos, siempre titubeantes e indecisos están ya dados, y como todo en la vida es cuestión de buena suerte que las cosas sigan adelante o se queden como están.
Entre mis gustos y preferencias, optaría porque las cosas sigan adelante, pero estoy seguro que si se quedan como están será por mi propio bien, pues creo firmemente en el destino y en un guión ya escrito desde el día de nuestra concepción.
De momento, sigo soñando, porque además de ser gratis, tengo la certeza, probablemente muy fundada, que si dejo de definir proyectos empiezo a desvanecer, como algunas experiencias ajenas me muestran diariamente, cosa que no quiero en ninguno de los casos.
Esta vez úno a los proyectos personales ya iniciados uno más, que tiene como hito de implantación la llegada a un país y cultura distintos del propio.
Es un país por el que me siento atraído desde mi primera incursión en el mismo allá por el año 2005, y en el que apenas un año después pude poner de manera más firme un pie (quizás debería decir dos esquís).
Actualmente “intento subir el otro pie” a ese territorio, y en esto estoy y dedico parte de mi tiempo.
De momento espero noticias que deben llegar de allende los mares, concretamente de allende el Océano Atlántico.
Los primeros pasos, siempre titubeantes e indecisos están ya dados, y como todo en la vida es cuestión de buena suerte que las cosas sigan adelante o se queden como están.
Entre mis gustos y preferencias, optaría porque las cosas sigan adelante, pero estoy seguro que si se quedan como están será por mi propio bien, pues creo firmemente en el destino y en un guión ya escrito desde el día de nuestra concepción.
De momento, sigo soñando, porque además de ser gratis, tengo la certeza, probablemente muy fundada, que si dejo de definir proyectos empiezo a desvanecer, como algunas experiencias ajenas me muestran diariamente, cosa que no quiero en ninguno de los casos.
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