07.00 Suena el despertador. ¿Las noticias? Siempre son las mismas, sinceramente no se que tienen de news. Si atendemos a su significado original, como “hecho novedoso o atípico”, hace meses deberíamos haber dejado de escuchar y leer sobre muchas de las estupideces que diariamente entran en nuestro hogar.
07.00.15 En vista de las excitantes posibilidades que se abren ante mí, me hago el remolón tras propinar el consabido manotazo a la estridente radio-despertador que me intenta “levantar” (no me queda claro si a mí como persona o a mi “hermano pequeño” tras escuchar su “jingle”) con un anuncio de la empresa “Boston Medical Center” y su fabulosa receta médica para provocarme erecciones duraderas y marmóreas.
07.10 Atuso mi almohada y doy media vuelta sin abrir los ojos. Me abrazo a la misma a modo de bote salvavidas y pienso que en parte lo es pues me mantiene a flote entre las convulsiones del día.
08.10 He perdido la consciencia e imagino que en esta breve y feliz hora no he producido más actividad que un Ministro.
08.15 Debería levantarme pero preferiría no hacerlo.
08.30 Debería ducharme pero no me apetece en absoluto.
08.45 Debería desayunar pero se hace dura la marcha a la cocina.
09.15 ¡Por fin abandono la cama! ¿Por qué he utilizado exclamaciones en la descripción del hecho recién ocurrido? ¿Ha supuesto algún triunfo? ¡No, no lo creo! Pienso más bien que ha sido un error.
09.20 Breve visita al baño. Me miro al espejo y ¿qué veo? Un rostro cansado, el mío, ojos ligeramente enrojecidos, barba en estado embrionario que oscurece mi aspecto. En resumen, un tipo desaliñado pero muy familiar después de algo más de 40 años juntos. ¡Me caes bien!, pienso mientras estudio ambos perfiles de mi cara.
09.25 Finalizo mi inspección facial. Mi experimento Bartleby progresa.
09.26 Abro la ventana de mi habitación, fuera llueve aunque la temperatura no es demasiado fría. Lástima, hubiera querido disfrutar de una abundante nevada, pero eso rara vez ocurre en estas latitudes meridionales de Europa, que no altitudes, porque si por esto último fuera estaríamos rodeados de glaciares.
09.31 Regreso a la cama, intento esponjar mi almohada de nuevo, esta vez sacudiéndola en el aire y azotándola un par de veces.
11.07 Recupero la consciencia. ¿Qué puedo seguir sin hacer? Pienso 1, 2, 3, 4 y hasta 10 minutos.
11.17 Recojo el último libro que he tomado prestado en la biblioteca municipal, que no es otro que “Cartas a mi Madre”, de Sylvia Plath y leo.
11.50 Leo.
12.00 Sigo leyendo.
13.40 ¡Basta de lectura!, ¿acaso pretendes destruir tu experimento?
13.41 Remoloneo.
14.10 Remoloneo más.
14.15 Duermo.
14.30 Duermo plácidamente, como un bebé pero sin llegar a mojar mi cama.
15.42 Llaman a la puerta. No acudo a la llamada.
15.43 Continúan llamando. Continúo evitando acudir a la llamada.
15.47 Pienso, ¿sería urgente la llamada? ¿Se habrá declarado algún incendio en la residencia?
15.48 ¿Y qué importa? No veo humo. No oigo sirenas. Nadie grita ni veo la escala de camión de bomberos alguno asomar por mi ventana. Pienso, ¡falsa alarma! Keep sleeping!
16.01 Now I think about thinking in English. I’m so fed up to express anything out loud by myself. Don´t want to talk, just want to think. Maybe a new future? Maybe a new life? Maybe? How about a quick and brief nap? Nice proposal!
16.02 I start counting like: “One sheep jumping over the fence, two sheep jumping over the fence, three sheep jumping over the fence…” and fell asleep.
17.10 Since I accepted the nice proposal, I’ve just been sleeping for more than an hour.
17.12 I start to sing nonsense songs.
17.32 Me reconcilio con mi idioma original. Desconecto el switch, bueno, está bien, el interruptor.
17.33 Hablo en voz alta. “¿Cómo estás?”, y me digo, “Bien, gracias”. Creo una estúpida conversación que se extiende por más de media hora.
18.24 ¡Y tanto qué más de media hora!
18.30 ¡Ya está bien! That was more than enough! Das ist genug mein Freund!
18.31.00 Decido acabar con mi experimento Bartleby y me pongo a escribir sobre su exitoso resultado.
Ahora es tu turno querido lector.
07.00.15 En vista de las excitantes posibilidades que se abren ante mí, me hago el remolón tras propinar el consabido manotazo a la estridente radio-despertador que me intenta “levantar” (no me queda claro si a mí como persona o a mi “hermano pequeño” tras escuchar su “jingle”) con un anuncio de la empresa “Boston Medical Center” y su fabulosa receta médica para provocarme erecciones duraderas y marmóreas.
07.10 Atuso mi almohada y doy media vuelta sin abrir los ojos. Me abrazo a la misma a modo de bote salvavidas y pienso que en parte lo es pues me mantiene a flote entre las convulsiones del día.
08.10 He perdido la consciencia e imagino que en esta breve y feliz hora no he producido más actividad que un Ministro.
08.15 Debería levantarme pero preferiría no hacerlo.
08.30 Debería ducharme pero no me apetece en absoluto.
08.45 Debería desayunar pero se hace dura la marcha a la cocina.
09.15 ¡Por fin abandono la cama! ¿Por qué he utilizado exclamaciones en la descripción del hecho recién ocurrido? ¿Ha supuesto algún triunfo? ¡No, no lo creo! Pienso más bien que ha sido un error.
09.20 Breve visita al baño. Me miro al espejo y ¿qué veo? Un rostro cansado, el mío, ojos ligeramente enrojecidos, barba en estado embrionario que oscurece mi aspecto. En resumen, un tipo desaliñado pero muy familiar después de algo más de 40 años juntos. ¡Me caes bien!, pienso mientras estudio ambos perfiles de mi cara.
09.25 Finalizo mi inspección facial. Mi experimento Bartleby progresa.
09.26 Abro la ventana de mi habitación, fuera llueve aunque la temperatura no es demasiado fría. Lástima, hubiera querido disfrutar de una abundante nevada, pero eso rara vez ocurre en estas latitudes meridionales de Europa, que no altitudes, porque si por esto último fuera estaríamos rodeados de glaciares.
09.31 Regreso a la cama, intento esponjar mi almohada de nuevo, esta vez sacudiéndola en el aire y azotándola un par de veces.
11.07 Recupero la consciencia. ¿Qué puedo seguir sin hacer? Pienso 1, 2, 3, 4 y hasta 10 minutos.
11.17 Recojo el último libro que he tomado prestado en la biblioteca municipal, que no es otro que “Cartas a mi Madre”, de Sylvia Plath y leo.
11.50 Leo.
12.00 Sigo leyendo.
13.40 ¡Basta de lectura!, ¿acaso pretendes destruir tu experimento?
13.41 Remoloneo.
14.10 Remoloneo más.
14.15 Duermo.
14.30 Duermo plácidamente, como un bebé pero sin llegar a mojar mi cama.
15.42 Llaman a la puerta. No acudo a la llamada.
15.43 Continúan llamando. Continúo evitando acudir a la llamada.
15.47 Pienso, ¿sería urgente la llamada? ¿Se habrá declarado algún incendio en la residencia?
15.48 ¿Y qué importa? No veo humo. No oigo sirenas. Nadie grita ni veo la escala de camión de bomberos alguno asomar por mi ventana. Pienso, ¡falsa alarma! Keep sleeping!
16.01 Now I think about thinking in English. I’m so fed up to express anything out loud by myself. Don´t want to talk, just want to think. Maybe a new future? Maybe a new life? Maybe? How about a quick and brief nap? Nice proposal!
16.02 I start counting like: “One sheep jumping over the fence, two sheep jumping over the fence, three sheep jumping over the fence…” and fell asleep.
17.10 Since I accepted the nice proposal, I’ve just been sleeping for more than an hour.
17.12 I start to sing nonsense songs.
17.32 Me reconcilio con mi idioma original. Desconecto el switch, bueno, está bien, el interruptor.
17.33 Hablo en voz alta. “¿Cómo estás?”, y me digo, “Bien, gracias”. Creo una estúpida conversación que se extiende por más de media hora.
18.24 ¡Y tanto qué más de media hora!
18.30 ¡Ya está bien! That was more than enough! Das ist genug mein Freund!
18.31.00 Decido acabar con mi experimento Bartleby y me pongo a escribir sobre su exitoso resultado.
Ahora es tu turno querido lector.
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