José Blanco, el "Imperce-tible Ministro de Fomento"

Ayer, intentando en vano sintonizar un buen programa de TV, tentativa que sigue siendo nulamente fructífera, “caí” en las redes del Telediario vespertino de TVE1, sinceramente uno de mis favoritos.

Mientras degustaba alegremente este menú, apareció en imagen el Ministro de Fomento del país que habito, España (a pesar de mis intentos por abandonarlo en pos de tierras más frías e internacionales), D. José Blanco.

Ante esta horrible visión, tanto por su feo físico como por su siempre irrisible modo de expresarse, volqué todo el poder de mis sentidos en la escucha, y según comprobé alegremente en pocos segundos de “cabrona” atención, continúa sin acudir a las clases de logopedia y dicción que le recomendaron (recomendables en el mismo grado que las clases de Economía).

El caso es que a su ya insufrible y extensa lista de “palabros” (es incapaz de pronunciar una “p” si la misma se sitúa en medio de una palabra y ante una consonante), añadió la de “perceción”.

Considerada por mi parte su “corruta perceción” como una enorme animalada, no tuve más remedio que cambiar de canal y decantarme por CNN+ y el Sr. Iñaki Gabilondo, pues mis fronteras están cerradas a cal y canto a toda mala educación, más aún si la misma proviene de alguien que se supone debería mostrar una formación y saber estar exquisitos.

Si Internet es fuente de vicios, ¿qué no será la TV? Prefiero, visto lo visto, navegar en la Red, pues las opciones son miríada y con un mínimo de sabiduría y sentido común se puede acceder a la más rica de las informaciones a nuestro alcance (modo “pull” vs modo “push”).

En definitiva, la diversidad de información enriquece al individuo, mientras que los 25 canales basura a los que tengo acceso con ese sacacuartos fabuloso de la TDT me producen un infinito hastío.