De Paripés, Mequetrefes y Otros Mentecatos

CJ es un imbécil pero Marianiko no le va a la zaga. No es su edad lo que les hace estultos, o al menos eso quiero pensar, pero el comportamiento de ambos me parece cuanto menos demencial.

CJ cree que es el dueño del cotarro, el máximo dirigente de nuestra Corporación, cuando no es más que un factótum-tuercebotas-de-tres-al-cuarto.

Marianiko se engaña día a día, pensando ser un gran líder, coordinando un mezquino equipo humano del que ya ha declarado ante su superior que está compuesto por personas con las que no quiere trabajar... ¿pensará acaso que su labor es indispensable? ¿Quién cojones ha engañado a este bufoncillo calvo?

Yo, desde mi humilde atalaya, puesto privilegiado desde el que dispongo tácticas y disfruto de las luchas profanas que estos dos personajillos llevan a cabo, pienso que son simplemente dos gilipollas.

Ambos fueron literalmente despreciados por su jefe, echados vilmente de su equipo, pero hete la vida, que ahora les hace trabajar para el mismo responsable, a quien no dudan en vilipendiar en cuanto la ocasión lo permite, y créanme, últimamente lo permite en demasía.

Ambos pronuncian y le asignan “piropos” como “mentecato” y otras lindezas, sin saber que su superior les tilda a ellos de “carcamales”.

Ambos se dejan encandilar por un emigrante imbécil y pasan las horas y los días buscando un coche entre las páginas Web de la casa Mercedes Benz.

Ambos pierden el tiempo constantemente, aplicando el modelo operativo que ellos mismos han definido. Marianiko expuso con vehemencia ante su jerarca que él poseía un equipo humano a su cargo mientras que yo no. Desde aquel entonces, ¿qué cojones?, desde mucho antes Zaloette, esto no es cosa de ayer, ya sueño con partirle la espalda de un certero “cimitarrazo” (tiempo al tiempo que dijo aquel).

¿Y yo? Pues me dejo llevar, escucho, observo, y no niego que me divierte el comportamiento humano de estos dos “paripés”.