Valores

Nunca me dijeron que abrirse camino fuera a ser fácil, es más, siempre he visto esfuerzo a raudales en mi madre Aurora y mi padre Antonio.

La primera, atenta en todo momento a nuestros pequeños problemas, pues a tiernas edades, los problemas suelen ser proporcionales al tamaño del infante, cumpliendo los estrictos horarios de nuestro colegio, comidas, meriendas, gestión del hogar y tareas financieras. De estas últimas, destaco sin dudarlo un solo momento sus habilidades en la gestión económica, que deberían ser la envidia de cualquier personajillo de medio pelo de la City londinense.

Respecto a mi padre, siempre evoca en mí la imagen de un tipo tremendamente trabajador, sin por ello evitar el buen humor, pues en las contadas ocasiones en las que me acercó a su puesto de trabajo, todo el mundo parecía estar invariablemente pasándoselo en grande entre aquellos enormes decorados de cinematografía (recuerdo con felicidad haber tenido entre mis manos la espada de Conan el Bárbaro) y haber paseado por distintos decorados de un Madrid sitiado durante la Guerra Civil Española.

También viene a mi mente uno de mis primeros días de trabajo, quizá uno de los más duros, no por su aspereza pero sí por su longevidad en el día, cuyo fin no alcanzaba a ver. Recuerdo llegar a casa literalmente exhausto y totalmente hasta los cojones de un trabajo en el que ni encontraba campo ni aplicación a mi formación y expectativas, ni veía un futuro prometedor. Aquello era sencilla y llanamente venta de carne, lo que años después denominan finamente “body-shopping”. ¡Qué curiosas formas de denominación tiene la esclavitud del siglo XXI! (body-shopping, outsourcing, offshoring, etc… todas tienen terminaciones en “-ing”, para resumirse en una sola palabra que sin duda las aglutina a la perfección, “fucking”)

A fecha actual, y dada la educación y valores “mamados” en la familia, considero principales al menos los siguientes, aunque tú lector, puedes enriquecer el listado con tus comentarios:

Esfuerzo, agilidad, dinamismo, obstinación, continuidad, flexibilidad, y sobre todo una sonrisa, pues es solución de múltiples males, jode al infeliz que intenta joderte y provoca sonrisas de regreso en todos aquellos seres de buena voluntad que aún pululan por aquí.