Días de descanso, muy necesarios, disfrutados en la Sierra de Ayllón y aprovechados paseando por pueblos como Riaza, Madriguera y Martín Muñoz de Ayllón, todos ellos literalmente subidos a las faldas de la Sierra de Ayllón.
¿Anécdotas? Traigo alguna que otra, pero si me permites, destaco la visita al pequeño y muy coqueto pueblo de Madriguera, donde visitamos su Iglesia, Templo que habíamos encontrado cerrado siempre anteriormente.
Felizmente coincidimos con dos personas que habían abierto el Templo para celebrar la misa de las 1700 horas. Narraron de forma detallada la historia del pueblo, lugar de origen de pequeños prestamistas y por lo tanto con un origen económicamente muy fértil, hasta que hace años los nacidos allí abandonaron el pueblo en busca de la gran ciudad, dado el abandono de los métodos acostumbrados de la agricultura en favor de la búsqueda de nuevas formas de riqueza, y vendieron sus enormes casas a aquellos amantes de la zona como yo mismo humildemente me considero.
Hoy, con un número de habitantes que ronda las 30 almas, es una aldea enclavada en la ruta de los Pueblos Rojos, nombre que recibe en préstamo dado el color de sus construcciones, a su vez originada en la pigmentación rojiza de la tierra circundante.
Retomando mi anécdota, y tras un breve paseo, prometimos regresar a la Iglesia, y me felicito de haberlo hecho así, pues durante el sermón, me consultaron si quería participar en la Procesión, y aunque nunca lo había hecho antes de esta manera, decidí “sumergirme” en las pocas costumbres del pueblo que parecen sobrevivir y participé en el portado del paso de la Virgen mientras mi mujer, embazada de nuestro pequeño Marcos Iñigo tomaba algunas fotografías.
De momento, sólo puedo comprometerme a encontrar un hueco en mi agenda y subir estos momentos congelados en imágenes de nuestros días en la Sierra de Ayllón, que espero hagan las delicias de aquellos que quieran visitar el Blog.
No comments:
Post a Comment