Es imposible, pensó él; es imposible, pensó ella.
Ambos perseguían un sueño imposible desde hacía meses; tanto sus respectivas familias como sus entidades "financieras" (¿?) habían rendido imposible la única vía de posibilidad que se presentaba ante la imposible pareja (ella contaba con sólo 21 años mientras que él ya pasaba de los 60).
Juntos, dieron la vuelta a la imposibilidad, sacando posibilidad de donde todos los consultados sólo veían imposibles.
Y tú lector, ¿me preguntas por tu sueño? Es ya una realidad posible, construida sobre una miríada de imposibilidades.
No comments:
Post a Comment